Un mal trago
- Esther Rodríguez González
- 1 feb 2017
- 3 Min. de lectura

España se sitúa con una edad media de 13,8 años en el inicio de consumo de alcohol, una de las más bajas de Europa. Algunos,incluso, comienzan a beber a los 11 o 12 años.
El alcohol es la sustancia más consumida entre la población española. Además,la percepción del riesgo es bajo por lo que cada vez aumenta el número de ingestantes.
Según los datos del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, el 74% de los jóvenes entre 14 y 18 años han consumido alcohol en el último año, el 68’2% lo ha hecho en el último mes y el 57’6% han participado en algún botellón en el último año. La mayoría de los entrevistados , los jóvenes entre 12 y 15 años, aseguran que nunca habían o han hablado con sus padres acerca del consumo de alcohol.

Los adolescentes utilizan esta práctica como ocio los fin de semana así como la socialización, ya que les ayuda a perder la vergüenza o el sentido del ridículo. Por otro lado, los botellones ya se han convertido en costumbre. Los Servicios de Urgencia reciben cada vez más a jóvenes con intoxicación etílica aguda ya que uno de cada tres jóvenes ha incurrido en consumo de alto riesgo, debido a la ingesta de grandes cantidades de alcohol. El consumo de alcohol tiene más efectos negativos que positivos,obviamente, ya que los jóvenes lo utilizan para pasárselo bien y aumentar sus amistades así como relacionarse con otro tipo de personas. Pero, lo que realmente es preocupante es el daño que les causa en el organismo y con los familiares.
Los efectos que producen la ingesta de grandes cantidades de alcohol son borracheras, peleas, conflictos familiares, dificultades para estudiar…
Por otro lado, los efectos en el cuerpo humano son muy diversos a medio y largo plazo y actúan sobre múltiples órganos y sistemas. Afecta gradualmente las funciones cerebrales, las emociones, los procesos de pensamiento, mala pronunciación al hablar, reacciones lentas, pérdida del equilibrio, trastornos de sueño, periodos de amnesia… En el aparato circulatorio aumenta la actividad cardiaca, la actividad sanguínea, la temperatura de la piel y debilita la musculatura cardiaca. En el aparato digestivo aumenta la producción de ácido gástrico que genera irritación llegando a producir úlceras;provoca cáncer de estómago, laringe, páncreas y vejiga; puede producir pancreatitis, diabetes y alterar la función del riñón. Por otro lado, puede generar anemia, infertilidad y disfunción eréctil.
Esta situación es consecuencia de dos factores: la factibilidad de acceso a bebidas alcohólicas y la escasa conciencia de riesgo entre los menores. A pesar de la legislación, los menores tienen acceso a su compra ya que algunos aseguran comprarlo ellos mismos o algún mayor.

Para solucionar este problema es conveniente que los agentes de l autoridades aumenten la seguridad controlando los lugares,donde se hacen botellones, los pubs o discotecas. Además, los padres deben de enseñar comportamientos y hábitos saludables a sus hijos, así como establecer un sistema coherente de normas y límites, que hagan que los jóvenes maduren,sepan actuar de forma adecuada y siendo responsables de las consecuencias. También, deben de hablar con frecuencia sobre este tema con los hijos y en el caso de que este haya ingerido grandes cantidades conocer los motivos y la cantidad de alcohol ingerida. En todo momento, hay que guardar la calma.
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